Un terremoto destructivo de magnitud 8,8 ha sacudido la costa noreste de Japón y ha provocado un tsunami con olas de hasta diez metros que ha alcanzado la ciudad de Sendai, donde el agua ha arrasado todo a su paso, incluyendo casas, coches, barcos y granjas y ha llegado a los edificios. También en el noreste del país, las autoridades niponas han declarado la emergencia nuclear después de que la central nuclear de Fukushima Daiichi se viese dañada por el seísmo. En la sala de control de su reactor número 1, se registraba un nivel de radiactividad 1.000 veces superior a lo normal.
Según la policía local de las zonas costeras próximas a la localidad de Sendai, se han encontrado al menos 351 cuerpos sepultados bajo el agua del tsunami. Pero fuentes policiales hablan ya de más de 1.000 víctimas entre fallecidos y desaparecidos.
Y las alarmas siguen encendidas. De hecho se ha vuelto a sentir un terremoto de magnitud 6,7 en la zona noroeste del país, justo en la costa opuesta que sufrió el primer seísmo. Concretamente, las ciudades más afectadas han sido Nagano y Niigata, aunque también se ha sentido en Tokio.
Como consecuencia de esta réplica, se ha perdido el contacto con cuatro trenes a lo largo de la costa. El temblor no viene acompañado de una alerta de maremoto como sí ha ocurrido en la costa este.
El síndrome de Down es la principal causa de discapacidad intelectual y la alteración genética humana más común. El 21 del tercer mes del año se conmemora su Día Mundial, y esta vez ponen el acento en la reclamación de sus derechos y de sus libertades. Las personas con síndrome de Down quieren decidir por ellos mismos vivir de forma independiente, estudiar, trabajar o desarrollar su vida sexual y afectiva.
Quieren una vida normal y para ello solicitan estudiar con sus compañeros con y sin discapacidad, y no en un aula extraordinaria. Reclaman también un puesto de trabajo. Hablan también de su tiempo de ocio y su vida afectiva, donde no aceptan que se limite su sexualidad.
En España una de cada 1.300 personas nace con síndrome de Down.
Se eligió el 21 de marzo para celebrar el Día Mundial porque el número 21 en el mes 3º del año recuerda la triplicación o trisomía del cromosoma 21.
El síndrome de Down no es una enfermedad y, por lo tanto, no requiere ningún tratamiento médico en cuanto tal. Además, al desconocerse las causas subyacentes de esta alteración genética, resulta imposible conocer cómo prevenirlo.